No sé hasta que punto los compositores anteriores a este invento le habrían dado el ok, la partitura manuscrita tiene ventajas para el propio compositor por su rapidez y efectividad: el sonido llega y es impreso en un símbolo que llamamos nota. ¡Fascinante! Pero los grandes inconvenientes llegan pronto.
Por ejemplo, errores no
contrastados con el reproductor que ofrece un editor, el papel siempre
puede deteriorarse, mancharse e incluso extraviarse ¡una pérdida
incalculable!, entre otros aspectos.
En mi época de estudiantes de Historia y Ciencias de la Música en la Universidad Virtual de La Rioja, me ofrecieron un programa para una asignatura que se me atragantó, y que supuso uno de los motivos de mi posterior salida de la carrera. La profesora me acusó hasta de haberla engañado, jaja. Increíble. Tal vez con 20 años sí, pero con treinta y picos ponía en duda mi reputación.
Pero volvamos al tiesto, el programa en cuestión se llama musescore (con un calderón en la u) y no porque esta empresa me pague comisión alguna por anunciarlo, simplemente es necesario dar el nombre para poder encontrarlo y explicar sus características.
Sin el uso del programa con MIDI (al que ni me he atrevido, además de que mi tarjeta de sonido no tiene dicha conexión), la edición de partituras es un trabajo lento, a veces eterno, eso si, todo va sobre ruedas, porque, al menor problema de no haber guardado algo (yo recomiendo hacerlo cada cierto número de compases), el editor se colgó y no te diste cuenta ,o un apagón acabó con tu trabajo; que sería el colmo del desánimo y de mandar la tecnología a freír espárragos.
En contrapartida, tiene muchas utilidades muy prácticas, y cuando aprendas a usar los "atajos de escritura" será coser y cantar.
Entre las utilidades está, por supuesto, el reproductor, que te permite hacer un seguimiento de lo que estás escribiendo.
También el mezclador es una característica muy práctica, pues puedes seleccionar aquellos instrumentos que quieres oír independientemente.
Para partituras extensas, como las orquestales, tiene una opción de impresión de partes, con lo cual no tendrás que aburrir a tus músicos con toda la letanía, sino sólo con el salmo correspondiente.
Creo que hay muchas cosas mejorables, como por ejemplo, las relativas a dinámicas y carácter de una pieza. También el poder seleccionar más de un compás para copiar y no de uno en uno, que lleva a veces al agotamiento. En cuestiones de repetición, también sería mejorable, resulta un poco complejo dónde colocar la coda, por qué las repeticiones no suenan como tú quieres, etc.
Tal vez muchas de estas opciones comentadas estén disponibles en una versión más actualizada, yo trabajo con una muy simple.
Como toda edición de partitura, nada supera a la realidad, ese es un obstáculo insalvable. Ningún símbolo puede representar lo que el compositor tiene en su cabeza, y lo que quiere transmitir. Está, por tanto, el trabajo de dirección, en caso de piezas orquestales o, de equipo en agrupaciones de cámara.
Espero que este post os haya sido útil.
NOTA: programas como éste, GNU, acaban imponiéndose a los profesionales, que abusan de la paciencia y el respeto de sus clientes.